La relación entre Perú y Chile es constantemente un tema de conversación. Existe una tensión, traducida muchas veces en rivalidad implícita entre ambos países a nivel social, cultural y político.
¿Cuáles son los factores que originaron este "conflicto social"? "¿Qué desencadenantes, qué hechos? ¿Acaso hay que mirar hacia atrás para comprender? ¿Qué alimenta esta relación fluctuante, como la llama Milet?
La periodista chilena Paz Milet propone que la relación Perú - Chile es afectada permanentemente por la herencia del pasado. El punto crucial e inicial de este vínculo es la Guerra del Pacífico. Consecuentemente, se han formado imágenes y percepciones negativas en ambos lados respecto del otro. Existen, pues, tres imágenes que son factores y a la vez componentes de esta relación.
1. Ganador - vencido
2. Invasor - invadido
3. País exitoso y estable - país políticamente inestable y con altos niveles de pobreza.[1]
Milet propone que estas imágenes son básicamente el resultado y la herencia de la Guerra del Pacífico. Las dos primeras imágenes están relacionadas directamente con la guerra. Pero ¿Acaso la tercera imagen es producto de este conflicto armado? ¿O es una razón diferente?
Lo cierto es que, efectivamente, existen el concepto de triunfador - fracasado e términos generales.
"El análisis de los discursos y los textos de ambos países aporta un elemento coincidente. La Guerra del Pacífico es un hito en la historia bilateral y regional".[2]
Asimismo, la guerra originó ciertos procesos. Para Perú, según Luis Barandarían, significó "un trauma que persiste en nuestros días y que no nos permite tomar las decisiones correctas. El orgullo nacional aún se encuentra herido por la derrota e invasión chilena.”
Para Chile, según José Rodríguez Elizondo, se experimentó una “sobrecompensación” y “parece evidente que el orgullo [de haber ganado la guerra] mutó en arrogancia focalizada.”
Esta enemistad rencorosa podría traducirse en “la obligación de conservar lo ganado [para chilenos] y la necesidad de recuperar lo perdido [para peruanos].”[3]
Entonces se genera una suerte de equilibrio negativo que, según la autora, impide siquiera contemplar la posibilidad de cooperación.
Se ha visto que, efectivamente, si pensamos en el origen del actual conflicto tácito entre ambos países, no hemos de remitirnos sino, a la Guerra del Pacífico.
Es así como en este punto se hace menester preguntarnos ¿Porqué Perú perdió la guerra?
La respuesta la encontramos en el texto de Heráclito Bonilla.
Después de las batallas de San Juan y Miraflores, el comandante chileno Patricio Lynch explicaba las causas de la derrota peruana al almirante francés Du Petit Thouars.
Preguntaron a dos heridos peruanos: “¿Para qué tomó usted parte en estas batallas?”
- Yo por don Nicolás de Piérola –contestó uno-.
- Yo, por don Miguel Iglesias.
Luego dirigieron la misma pregunta a dos heridos chilenos, y ambos respondieron con profunda extrañeza:
- ¡Por mi patria, mi general!
Lynch, volviéndose a su interlocutor, Petit Thouars, le dijo:
La guerra desestabilizó por completo al país. “[Lo] dejó en absoluta incapacidad para restablecer su dominio.”[5]
Si bien la reconstrucción económica y política era el ideal para restablecer el sistema, se llevaron a cabo fuertes movilizaciones del campesinado andino. Pero otros movimientos sociales, oligárquicos, caciquistas, capitalistas, encendieron las llamas de las rebeliones internas.
Un país que no se supo administrar desde el inicio, con muchas y variadas figuras de líderes, sin una noción de identidad nacional, sin un objetivo en común, se debilitó hasta el punto de perder parte del territorio (Arica) y muchas de las riquezas naturales. Y aún peor, se perdió la esperanza. Se perdió la identidad.
Si aún sentimos que Chile nos invade porque controla la mayor parte de los comercios capitales; que nos vence porque sus niveles educativos, económicos y culturales son superiores que los nuestros; entonces es porque aún vivimos parte del dolor de la Guerra del Pacífico. Una herida abierta arrastrada colectivamente por muchos años, y que podría remitirse hasta la conquista española.
Sin embargo, la resiliencia será el camino a seguir. El éxito de nuestro país será el objetivo.
Fuentes
BONILLA, Heráclito
El Problema Nacional y Colonial del Perú en el Contexto de la Guerra del Pacífico
1980 Desarrollo Económico, vol 20 N° 77
www.educ.ar
MILET, Paz Verónica
Chile-Perú: Las Dos Caras de un Espejo
2004 Revista de Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago, Red ALyC
Michel Pérez
1 comentarios:
Buen artículo, creo que los componentes que nombran con respecto a la relación de la guerra con Chile son importantes de nombrar para el artículo final. Así mismo, el análisis de la carencia de una identidad nacional común podría ser tocada.
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