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¿Generales con bandera o soldados sin casco?


Maria Alejandra Burgos

“Paradójicamente los caudillos también pudieron actuar como defensores de los interés nacionales contra incursiones territoriales, las presiones económicas y otras amenazas externas, fomentando, asimismo, la unidad de sus pueblos y elevando el grado de conciencia nacional. Los caudillos eran representantes y a la vez enemigos del estado nación” (Lynch, 1993: 181).

El régimen del Virreinato y su estructura fueron cambiados de pies a cabeza en un dos por tres, por el comienzo de la Republica, donde a su vez se instala el primer congreso. De modo que se toma un modelo del exterior, el cual tenía como contenido, una Republica con las características de democracia, elecciones, constituciones, leyes, etc., donde se especificaban clausulas determinadas, por ejemplo, había la opción del Golpe de estado. Sin embargo, tomarlas tan personales, no ayudo a nuestro país que nuevamente empezaba a formarse y a crecer; es como decir, recién se recuperaba de la violación que tuvo y ya tenía que estar pensando en sus declaraciones y como podría sobrevivir así.

No tuvo mucho tiempo para darse una oportunidad, debido a que generales con banderas, muy heroicos ellos, como los de las batallas de Ayacucho o Junín, tan pronto salieron victoriosos tomaron el poder transformando el sueño de un país libre, a un país sometido por caudillos militares.

“El caudillismo es el paradigma de cualquier liderazgo político exitoso…En el caudillismo –argumenta Jorge Basadre– hay que tomar en consideración, tanto su propia capacidad arrolladora, como la pasividad de la sociedad” (1).

“Los caudillos (con su capacidad de controlar a las clases populares) representaban la solución al desorden social, señalando asimismo que la agenda política que ellos tenían moldeó a la nación”. (Lynch 1992: 35) (2)

Como es posible de observar, el caudillo fue una persona impulsiva, dueño de sus decisiones, que aparentemente no las consultaba o pedía opiniones, quizás porque algunos creían que su experiencia en batallas y en disciplina era suficiente. Durante los primeros años de la República, existieron diferentes caudillos, por ejemplo, Andrés de Santa Cruz; quien intentó edificar un nuevo orden social, el cual implicaba la fusión de instituciones liberales, militares y andinas: La Confederación Perú-boliviana. A parte de él, el representante del caudillismo militar de la primera mitad del siglo XIX fue Ramón Castilla.

Además, los caudillos militares dieron paso a los civiles, quienes son los máximos líderes de los partidos políticos, quienes con su carisma hacen suponer que sin ellos no habrá nada más.



1823 José de la Riva Agüero

1823-1824 José Bernardo de Tagle

1824-1826 Simón Bolívar, Antonio José de Sucre

1826 Andrés de Santa Cruz

1827 José de La Mar

1829 Agustín Gamarra

1833 José Luis Orbegoso

1835 Felipe S. Salaverry

1836 Confederación Perú-Boliviana (Dictador: Andrés de Santa Cruz)

1838 Agustín Gamarra

1842 Francisco Vidal, Juan Torrico

1843 Domingo Elías, Domingo Nieto, Justo Figuerola

1844 Manuel Ignacio de Vivanco


Referencias

(1). Introducción de José Carlos Ballón en “La tradición autoritaria. Violencia y democracia en el Perú”
Pág.: 11

(2). Cristóbal Aljovín de Losada. “Caudillos y Constituciones”. Pág.: 43. Nos dice el mismo autor que el primer caudillo statu sensu fue José de la Riva-Agüero y Sánchez Boquete que a la vez fue también el primer presidente del Perú (En notas Pág.: 30).


Bibliografía

Aljovín de Losada, Cristóbal
2000 “Caudillos y constituciones. Perú 1821 – 1845”.
Fondo PUCP de Cultura y Economía.

FLORES GALINDO, Alberto
1999 “La tradición autoritaria. Violencia y democracia en el Perú”.
Sur Casa de Estudios del Socialismo. Lima-Perú

Lynch, John
1993 “Caudillos en Hispanoamérica 1800 - 1850”
Colecciones MAPFRE.

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